Semillas de lavanda

Puedes sembrar semillas de lavanda en interiores usando una estera térmica para estimular la germinación. Una vez que las plántulas broten y desarrollen algunos pares de hojas, trasládalas al exterior. Mantén la tierra húmeda, pero no excesivamente mojada, y proporciónales de 6 a 8 horas de sol al día. Al sembrar directamente las semillas de lavanda, plántalas a aproximadamente 6 mm de profundidad con una ligera capa de tierra en un suelo bien drenado. Mantén una separación de 30 a 45 cm entre ellas para permitir una buena ventilación y un crecimiento saludable.

Para cosechar la lavanda, espere a que las flores estén en plena floración, generalmente por la mañana, después de que el rocío se haya secado, pero antes del calor del día. Use tijeras afiladas o tijeras de podar para cortar los tallos, dejando parte del follaje intacto. Ate los tallos y sujételos con una goma elástica. Cuelgue los manojos boca abajo en un lugar seco, oscuro y bien ventilado durante varias semanas hasta que la lavanda se seque por completo.